¿Por qué crecen hongos en la ropa de mi armario (y no solo allí)?

2021-11-29 10:17:29 By : Mr. XCWY XCWY

Catedrático de Microbiología, Universidad de Salamanca

Raúl Rivas González no trabaja, consulta, posee acciones ni recibe financiamiento de ninguna empresa u organización que se beneficie de este artículo, y no ha revelado afiliaciones relevantes más allá de su cargo académico.

La Universidad de Salamanca aporta financiación como socio fundador de The Conversation ES.

Quizás alguna vez te hayas topado con un hongo insidioso y “ocupante” que insiste en apoderarse de piezas de fruta olvidadas en el frutero, en un rincón de la ducha, en un rincón de la cocina, en una pared del trastero o incluso en el esquina de un armario hasta que los pantalones, blusas o cualquier otro atuendo se tiñen y se perfuman con un perfume mohoso.

Los hongos, o lo que a menudo llamamos mohos, pueden crecer en casi cualquier lugar donde haya humedad y materia orgánica, desde el suelo hasta los alimentos, la ropa y el interior de las casas.

El crecimiento de un moho es un proceso complejo y generalmente se ve facilitado por la copresencia de condiciones higrotérmicas específicas. Versátiles y resistentes, los hongos prosperan en materiales tan diversos como papel, cartón, plafones, productos de madera, pinturas, paneles de yeso, alfombras, telas, cuero, tapicería, etc.

El problema es que cuando crecen dentro de una casa no solo deterioran los edificios. También pueden provocar efectos adversos para la salud.

Los mohos de interior más comunes pertenecen a los géneros Cladosporium, Penicillium y Aspergillus. Pero hay muchos más. Por ejemplo, Stachybotrys chartarum, cuya presencia se ha relacionado con síntomas de salud inespecíficos o incluso patologías graves como la hemorragia pulmonar idiopática aguda en lactantes.

Stachybotrys chartarum tiene un color negro verdoso característico. Puede crecer en materiales con alto contenido de celulosa, como paneles de fibra, paneles de yeso y papel. Se requiere una humedad constante para que aparezca, por lo que su presencia suele estar ligada a fugas de agua, condensaciones, infiltraciones de agua o inundaciones.

También se ha demostrado que las especies de hongos de los géneros Scopulariopsis y Paecilomyces son capaces de liberar trimetilarsina cuando se cultivan en productos que contienen arsénico. Es el caso de los pigmentos verde París y verde Scheele que se aplicaron en algunos papeles pintados para paredes utilizados durante la época victoriana. La trimetilarsina es un compuesto inorgánico gaseoso altamente tóxico que puede detectarse por su ligero olor a ajo.

Una revisión de estudios en varios países europeos, Canadá y Estados Unidos en 2004 reveló que al menos el 20% de los edificios mostraban uno o más signos de humedad. Esta estimación concuerda con otro estudio basado en hogares en Dinamarca, Estonia, Islandia, Noruega y Suecia, que arrojó una prevalencia general de humedad interior del 18%. El mismo estudio relató que la prevalencia de humedad y moho en las casas en los Estados Unidos de América ronda el 50%.

Los hongos utilizan las esporas para dispersarse y entrar en los hogares de diversas formas a través de puertas abiertas, ventanas, conductos de ventilación, sistemas de calefacción y aire acondicionado, o adheridos a la ropa, los zapatos y las mascotas que los transportan desde el exterior.

No siempre es necesario un alto porcentaje de humedad para que los hongos invadan nuestro hogar. A veces basta con la condensación ambiental de la humedad en las paredes junto con la mala ventilación para que encuentren las condiciones óptimas y crezcan a gusto.

Recientemente, se han reconocido algunas condiciones asociadas a la mayor probabilidad de aparición de hongos en interiores. Estos factores incluyen medidas de conservación de energía que no se implementan adecuadamente en los edificios. Entre ellos mala ventilación o aislamiento inadecuado.

También es un factor a tener en cuenta la urbanización vinculada a la degradación urbana, la disponibilidad de vivienda y la inequidad social. Otra circunstancia relevante es el cambio climático que favorece la creciente frecuencia de condiciones climáticas extremas y cambios en las zonas climáticas.

Finalmente, no podemos ignorar otros elementos clave como la calidad y globalización de los materiales y componentes de construcción, a veces inadecuados para un clima determinado, así como conceptos y técnicas constructivas.

Los hongos domésticos también pueden causar alergias. La alergenicidad que provocan se ha documentado desde 1873, cuando Blackley propuso que la inhalación de esporas de moho podría provocar alergias. Desde 1924, numerosas publicaciones han identificado varios mohos específicos como causa de asma alérgica.

Algunas especies de hongos contienen 40 o más alérgenos diferentes como esporas, conidios, micelios y otras partículas que son capaces de inducir anticuerpos IgE en humanos. La atopia causada por hongos se expresa comúnmente como rinitis alérgica, asma y dermatitis atópica.

En las revisiones del Instituto de Medicina (IOM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la evidencia científica de las relaciones entre los ambientes interiores húmedos o mohosos y la manifestación de efectos adversos para la salud, se destacaron los síntomas respiratorios y alérgicos.

En 2009, la Organización Mundial de la Salud publicó una guía con pautas para la calidad del aire interior relacionadas con la humedad y los hongos.

Para evitar la aparición de hongos en nuestros hogares, podemos seguir unas sencillas prácticas basadas en controlar los niveles de humedad y mantenerlos lo más bajos posible a lo largo del día (por debajo del 60% e idealmente entre el 30% y el 50%). También se recomienda limitar el uso de humidificadores, no utilizar alfombras en baños, cocinas o sótanos (porque ayudan a mantener la humedad), evitar la condensación, así como ventilar las habitaciones, especialmente el baño y la cocina.

En caso de utilizar secadoras, estufas o equipos de calefacción, debemos asegurarnos de que ventilen el exterior de la casa. Además de arreglar rápidamente posibles fuentes de humedad como filtraciones, techos dañados o ventanas deterioradas.

Y si aparecen manchas de humedad, deben limpiarse y secarse a fondo dentro de las 48 horas.

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