Siempre se recomienda la práctica de deportes o ejercicio ligero para mantenernos en buena forma pero, en ocasiones, no calentamos y estiramos los músculos de forma adecuada, o forzamos demasiado los músculos, lo que puede sufrir y provocar lesiones.

Hay varias opciones para tratar estas lesiones: aplicación de calor, corrientes, masajes ... y también una especie de vendaje, que seguro has visto alguna vez, que se aplican con cintas de colores. Se trata del kinesiotape.

El nombre kinesiotape hace referencia por un lado a la kinesiología, una ciencia que estudia el movimiento (del griego kinesio, movimiento), y por otro, al vendaje (en inglés tape): por tanto, podemos describirlo como un tipo de neuromuscular. vendaje que se aplica con cintas dependiendo del estado de los músculos y sus movimientos.

Este vendaje se usa para aliviar la tensión en el área lesionada. Las cintas se colocan sobre la piel para reducir la presión que ejerce el músculo inflamado y contraído sobre las venas, arterias, vasos linfáticos y receptores del dolor, permitiendo así la correcta circulación del flujo sanguíneo y linfático y reduciendo el dolor.

El uso de estas cintas es muy práctico porque:

Si bien se ha hablado de contraindicaciones, estas no se deben a su uso sino a su mal uso, por cómo se han aplicado: no se pueden utilizar en heridas abiertas, quemaduras, zonas infectadas o con problemas de piel como dermatitis, eccemas o soriasis. Además, es recomendable comprobar que no producen alergias en la piel.

Las cintas están hechas de cinta de algodón no medicalizada, son elásticas en la dirección longitudinal, porosas y adhesivas. Se fijan sobre la piel en diferentes grados de tensión y logran su mayor beneficio con el movimiento del usuario.

Los vendajes pueden ser de muy distintos colores, los más habituales son el rosa, el negro, el azul y el beige y esta variedad no responde a tendencias ni a la estética, sino a las bases de la cromoterapia, que da beneficios a los colores.

Esta ciencia otorga a los colores cálidos la capacidad de concentrar la temperatura y a los colores fríos para dispersarla.

De esta forma, en lesiones crónicas (sobrecarga muscular, déficit circulatorio ...) se utilizarán cintas de colores cálidos como el rosa; y en procesos agudos (edemas, tendinitis ...) los de colores fríos como el azul serán más efectivos. Por otro lado, los colores naranja y verde se utilizan siempre a la vista para tratar la hipocondría o el estrés.

Rosa Roch es escritora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.