Ucranianos que viven en Valladolid recogen ayuda para su país | El Norte de Castilla

2022-10-02 10:02:03 By : Ms. Tea zhao

Anna Boryachenko, impulsora de la recogida, muestra medicamentos recogidos en el bar Book. / josé c. castillo

Jeringuillas, vendajes, cinta americana, analgésicos, mantas térmicas, pilas, peines, linternas, ropa militar y de camuflaje…. Se necesita de todo, en gran cantidad y con urgencia. Ese es el llamamiento que este lunes lanzó Anna Boryachenko a través de sus redes sociales, para que los vallisoletanos donen todo lo que puedan, con el objetivo de hacerlo llegar a su país de origen, Ucrania. Su propuesta fue tan bien acogida que, en tan solo unas horas, ya había recibido numerosos lotes de alimentos y otros productos considerados de primera necesidad.

La idea de hacer esta gran recogida solidaria surgió durante la concentración que se celebró el pasado fin de semana en la Plaza Mayor para protestar contra la guerra. «Los ucranianos residentes en Valladolid no tenemos una asociación, así que todo ha surgido de forma improvisada, pero lo hemos organizado bien. Lo empaquetaremos en palets y ya hay 23 voluntarios dispuestos a transportar todas las donaciones en sus propias furgonetas y camiones hasta la frontera. Unos saldrán desde Valladolid y otros desde Portugal. Haremos envíos regulares a medida que vayamos llenando las furgonetas, porque esto parece que va a dilatarse en el tiempo. La respuesta de la ciudadanía y de las empresas ha sido impresionante. No me esperaba esta buena acogida en tan solo un día», añade emocionada esta joven de origen ucraniano.

Los biberones, cereales, leche en polvo, pañales, toallitas y otros productos para bebés, se quedarán en la frontera con Polonia, donde se entregarán a las miles de madres que cada día cruzan con sus niños. Los voluntarios más valientes entrarán hasta las ciudades, para hacer llegar los medicamentos, ropa, alimentos y material de primeros auxilios, directamente a los médicos. «Todas mis amigas de infancia son madres. Están durmiendo en sótanos, junto a las calderas. Son lugares fríos y muy oscuros, que resultan muy traumáticos para los niños. Las que no tienen sótanos se están refugiando en el metro y sin saber si se van a despertar a la mañana siguiente. Es desesperante, porque no tienen qué dar de comer a sus bebés. Yo soy madre de dos niños y doy gracias por vivir en España y no padecer aquel horror. Los cajeros no funcionan, por tanto, no pueden sacar dinero y aunque tengan dinero, tampoco pueden comprar nada, porque no hay nada ni en las farmacias ni en las tiendas. ¿Cómo se puede curar a un herido si no tienen vendajes y no tienen donde comprarlos?», se emociona Anna, que llegó a España con 14 años. «Llevo 20 años en España. Vine con mi madre y mi hermana. Mi ciudad Zhytomyr está muy cerca de Kiev. Allí vive mi abuela que es muy mayor, mis tíos y mis primos. Y como hay una base militar, allí han derribado puentes, carreteras e incluso han tirado bombas a las guarderías. Todo está arrasado», relata esta joven, que nunca imaginó que su país se viera en esta situación. «Los rusos no son malos. El malo es su presidente. La gente rusa ni siquiera quiere la guerra, ni desean el mal para Ucrania. Esta guerra, al final, también les repercute a ellos y a sus familias», continúa.

Donantes de productos en el bar Book. / j. c. castillo

Anna recoge todo el material en el bar que ella dirige, Book, en calle Puente Mayor. Muchos vecinos del barrio San Nicolás, se acercaron durante el día de ayer, para hacer entrega de lo que buenamente podían. Mercedes Fernández y Cristina Corrales, madre e hija, ayudaron a Anna a colocar todo el material recibido y entregaron también un lote con ayuda. «Es una pena lo que está pasando. Es una situación muy triste. Es increíble lo que ha hecho Putin y nos da mucha pena ver a los niños teniéndose que desplazar», señalaron.

Arrabal Armendia, titular de la farmacia de la calle Conde de Benavente, también se acercó a echar una mano. Muchos de sus clientes, acuden a ella para comprar productos de primeros auxilios para atender a los civiles y soldados heridos y llevárselo a Anna, «Hemos colocado un cartel en nuestra farmacia y hemos informado a todos nuestros conocidos. También vamos a traer un lote con todo lo que podamos», explicó Arrabal, que aconseja a todo el que vaya a comprar para donar, cuáles pueden ser los productos más necesarios. «Hay gente que prefiere donar dinero. Arrabal, me ha ayudado para que esos donativos nos cundan mucho más. Hacen falta muchas vendas, agua oxigenada y especialmente ácido tranexámico que ayuda a la coagulación de la sangre, para que aquellos que se están desangrando, paren de sangrar. Muchos nos han preparado botiquines de emergencia en bolsas de congelación, en los que han metido jeringuillas, mascarillas, algodón, vendas, alcohol… y esto nos viene estupendamente. Pido que, por favor, que la gente traiga todo lo que pueda. En cuanto llenemos un camión, seguiremos trabajando para llenar el siguiente», informa. Los tres puntos de recogida habilitados por Anna y el resto de voluntarios son, la iglesia Nuestra Señora Reina de la Paz, (de 17 a 20 horas, entrada por Divina Pastora, 3), Mil Sabores, en Laguna de Duero (de 9:30 a 15:30 horas) y en el Bar Book (C/ Puente Mayor, 2, durante todo el día).