¿Cómo puedo evitar las ampollas y rozaduras en los pies? | Salud | EL MUNDO

2021-12-27 18:01:50 By : Mr. Carl Bian

Los pies se suelen resentir y empiezan a aparecer las heridas con el cambio de estación y de calzado. EL MUNDO

La primavera y la aparición del calor suponen un cambio brusco en nuestro calzado, lo que deriva de forma muy frecuente en pequeñas rozaduras, heridas y ampollas en los pies. Estas lesiones, si no se tratan a tiempo y de forma correcta, pueden resultar bastante molestas y dolorosas. Por ello, varios expertos en podología explican a EL MUNDO cómo debemos enfrentarnos a estos problemas.

"Los pies son el sustento de nuestro edificio y tenemos que ser conscientes de ellos. Cuidarlos y protegerlos como cualquier otra parte del cuerpo o incluso más", afirma José Luis Muñoz Álvarez, presidente del Colegio Oficial de Podólogos de Castilla y León.

El pie en primavera y verano pasa de estar totalmente cubierto y protegido a ir casi desnudo y sin protección, lo que hace que el pie esté más sensible y sobreexpuesto. Además, "en ocasiones, no renovamos nuestro calzado de la época anterior y este desuso durante meses provoca cambios de rigidez y de maleabilidad en los zapatos", explica Zulema Matías Martín, del Centro de Salud del Pie. Todo este tipo de situaciones produce las famosas heridas y ampollas.

En este tipo de situaciones, la prevención es fundamental. Es importante que el cambio de zapato (de cerrado a abierto) se haga, tal como aconseja Muñoz Álvarez, de forma progresiva. Por ejemplo, utilizando calcetines tobilleros o medias. Otras medidas de protección que podrían aplicarse, justo antes de ponerse el calzado, son ponerse tiritas o apósitos en zonas críticas, como el dedo pequeño del pie, el talón o la zona dorsal de los dedos. También es aconsejable aplicar un poco de crema hidratante ("un poco, nunca en abundancia") en los pies unos minutos antes de ponerse el calzado para evitar la sequedad.

En el caso de que aparezca una herida o una rozadura, lo primero que debemos hacer "es desinfectarla con antisépticos (tipo povidona yodada o clorhexidina). Después, cubrirla con un apósito estéril para que la zona no quede expuesta a una nueva fricción o roce", explica Patricia Hernández Aroca, secretaria del Colegio de Podólogos de la Comunidad de Madrid.

Por su parte, si tenemos una ampolla, siempre que no esté infectada, se trata de forma similar a una herida. Es importante, aconseja Matías Martín, evitar explotar la ampolla en la medida de lo posible, a no ser que nos impida la deambulación normal. "Deberíamos tratarla con un apósito hidrocoloide que contiene la temperatura y humedad exacta para una buena regeneración del tejido", detalla.

Hay que tener en cuenta que cualquier ampolla que se haya reventado o cualquier herida tienen el riesgo de infectarse. Por lo que, según la experta, debemos limpiarlas con agua tibia y jabón y secarlas bien. Tras este paso hay que desinfectarlas y mantenerlas tapadas. "Las heridas pueden convertirse en úlceras si además de no seguir estos pasos mantenemos el roce que nos creó la ampolla principal", indica.

Cada vez es más frecuente el uso de protectores o tiritas hidrocoloides. Según la opinión de Hernández Aroca, estas 'tiritas' son útiles porque contienen propiedades regeneradoras y actúan como una segunda piel. Se utilizan para "prevenir rozaduras en zonas propensas a ello, ampollas incipientes (sin líquido o las que se han pinchado) y ampollas totalmente abiertas (sin piel ni líquido, en carne viva y sin herida)", enumera.

Sin embargo, antes del empleo de estos apósitos hidrocoloides es importante tener en cuenta una serie de medidas. Nunca deben colocarse sobre ampollas con mucho líquido ni sobre las que estén infectadas o con sangre. En estos casos, esos apósitos sólo contribuirían a ejercer más presión y a formar más líquido. Además, se deben poner siempre con la herida limpia y seca y, tal como advierte Matías Martín, no se deben retirar hasta que se hayan empezado a despegar. Será sólo entonces, "cuando debamos retirarlos tirando de los extremos al centro de la ampolla/herida".

Por su parte Muñoz Álvarez recomienda sobre todo para las pequeñas heridas y rozaduras tiritas de productos naturales, que sean transpirables. "Las heridas tienen que taparse pero con algo que sea transpirarble para poder curarse". Aconseja también los apósitos hidracoloides -con los cuidados expuestos anteriormente- especialmente en heridas algo más importantes.

Hernández Aroca ofrece una serie de recomendaciones para tener unos pies perfectos durante todo el año:

Ante la aparición de cualquier lesión, dolor o molestia en los pies se debe ir al podólogo cuando: las heridas o molestias persisten en el tiempo o se agravan. Si nota que pisa mal o desgasta irregularmente el calzado. O bien, si alguna vez ha observado que al cogerse los bajos le queda una pierna más corta que la otra, y no es un problema del corte.

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Con esa basura de calzado, lo que me extraña es que no te amputen los pies. Un buen par de zapatos todo el año es la solución.